En la edición de hoy vamos a dar un paso del mundo ficticio al real para hablar de alguien que se ganó un hueco en nuestros corazones a base de ser una de las mejores brujas que un colegio como Hogwarts pudiera desear. Evidenteme hablamos, como sabemos que sabéis ya, de:
Quien de aquí no pueda decir que no recuerda el majestuoso porte de la profesora McGonagall lanzando un Piertotum Locomotor que nos puso los pelos de punta, necesita darse un repaso a las películas, que, por otra parte, tampoco viene mal en ningún momento. A algunos incluso les puede sonar como Violet Crawley en Downton Abbey y es que Maggie Smith no ha sido solo una actriz para muchos; ha sido un ícono, una leyenda cuya huella en el cine y el teatro fue, es y será imborrable. Maggie Smith podrá habernos dejado este último 27 de septiembre, pero cuenta con el orgullo de poder decir que su fama trascendió generaciones.
Maggie Smith nació el 28 de diciembre de 1934 en Ilford. Su nombre real es Margaret Natalie Smith, pero, aunque quizá sea más por costumbre, no podemos negar que Maggie Smith tiene más estilo ¿ese no era Dumbledore? Sus padres, Nathaniel Smith y Margaret Hutton Little, eran un patólogo y una secretaria que, además de su hija, tuvieron dos mellizos, Alistair e Ian con quienes se mudaron a Oxford, lugar donde Maggie Smith estudiaría, primero en la Oxford High School y después interpretación en la Oxford Playhouse School.
Apareció por primera vez en los escenarios con 18 años, su aparición en Broadway marcó el inicio de una trayectoria de más de 70 años que la llevó también a la pequeña y gran pantalla y si hubiera una mediana, seguro que también.
Con una trayectoria tan larga, no es de extrañar que Maggie Smith ganase varios galardones durante su carrera. Llegó a ganar un Tony, dos premios Oscar, tres Globos de Oro, cuatro Emmy y cinco BAFTA. Estos premios no solo son una prueba de su talento, son un reflejo de una carrera en la que nunca dejó se sorprendernos, tanto en pantalla como en escenarios.
A pesar de que en su vida no fue todo fácil, pues tuvo que enfrentarse a enfermedades graves, Maggie Smith ha dejado personajes míticos que serán recordados durante mucho tiempo. Evidentemente tenemos en cuenta a nuestra querídisima jefa de casa Minerva McGonagall, pero también hay otras personas, como la señorita Bowes en Muerte en el Nilo o condesa de Trentham en Gosford Park, pero esos son solo un par de ejemplos de una de las disciplinas en las que estuvo. En el teatro fue por ejemplo, decir todos nos llevaría un artículo mucho más largo Miss Shepherd en The Lady in the Van, Lettice Douffet en Lettice and Lovage o Amanda en Private Lives y en las series Betsie Trottwood en David Copperfield, Mrs. Emily Delahunty en My House in Umbria además de la ya mencionada Violet Crawley de Downton Abbey. Maggie Smith siempre fue camaleónica.
Como una figura del espectáculo británico, ícono de la cultura, pero para nosotros, los Potterheads, es prefecta, Premio Anual, jugadora de Quidditch, Profesora de Transformaciones, Jefa de casa de Gryffindor, Subdirectora, directora y, especialmente, la mujer que siempre quiso utilizar ese hechizo.