Animago

Bienvenida, señorita Oswald, en primer lugar permítame agradecerle su presencia hoy con nosotros.

¡No hay nada que agradecer, Julian! ¿Puedo llamarte así? Yo personalmente, si no te importa, prefiero mi primer nombre, por favor.

Por supuesto, Shere, mi objetivo es que se sienta cómoda. Es la primera vez de la que tengo constancia de que la persona que ocupa el cargo de Ministro también es animago, ¿le importaría explicar a nuestros lectores qué es exactamente eso?

¡Claro! Un animago es una persona mágica que tiene la habilidad de transformarse en su animal interior mientras mantiene su capacidad de raciocinio y pensamiento. Aunque esta transformación no es igual a la metamorfomagia, que es innato, no. Para poder llegar a ser un animago es necesaria mucha preparación y una buena habilidad en transformaciones.

Algo que nuestros lectores y yo asumimos que tiene, ¿me equivoco?

Eh... bueno, sí... eh... un poco sí. Sí. Diría que sí. Como otros, claro. Por ejemplo Falco Aesalon era animago, se transformaba en halcón. O Cliodna, Morrigan, Morgana le Fay o Lisette de Lapin, unos pocos que se conocen antes de que el registro comenzara a tenerlos anotados. Aunque después ha habido otros que no se apuntaron a él. Se supo tiempo después, pero Sirius Black era un animago capaz de transformarse en un perro, y con él James Potter y Peter Pettigrew. No tiene nada que ver con ellos pero ¿recuerdas a Rita Skeeter?

¿La periodista? Claro, seguro que muchos han leído su obra sobre Albus Dumbledore incluso hoy en día.

Pues ella también. Yo no sabía que un animago podía tomar la forma de un insecto, pero ella se transformaba en escarabajo. Tampoco estaba registrada, no como la antigua directora del colegio Hogwarts, Minerva McGonagall, que sí lo estuvo.

Es un tema sobre el que está muy informada. Hizo bien los deberes.

Bueno... sí, es algo que me llamaba la atención y quería estar bien preparada cuando me lancé a intentar conseguirlo.

¿Y le importaría contarme a mí y a los lectores cuál sería el proceso para conseguir ser un animago?

¡Claro! Pero antes quiero recordar que si alguien se anima a seguir los pasos que voy a contar y acaba el proceso convirtiéndose en animago, es muy importante que se registre como tal en el Ministerio.

Definitivamente debemos tenerlo en cuenta. La ley está hecha para todos, incluso para aquellas personas que entran dentro de esta categoría por mucho que haya constancia de personas que no lo hicieron. Ahora, Shere, ¿cuán de complejo es el proceso para convertirse en animago? Estoy bastante convencido de que muchos de nuestros lectores es lo que están buscando, por mucho que yo encuentre apasionante la información sobre quiénes lo fueron.

¡Ah! Sí, claro, por eso estoy aquí. Cierto, cierto. Verás, yo lo dividiría en dos partes. La primera es disciplina y suerte, mientras que la segunda es paciencia.

Si me dejo guiar por su corbata, en su tiempo en Hogwarts le seleccionaron en Hufflepuff, ¿cierto? Una de sus características es precisamente la paciencia.

Sí, mientras estuve en Hogwarts estuve en Hufflepuff y antes de ser Ministra, de hecho, fui la jefa de casa durante bastantes años. Creo que puedo afirmarlo.

Llegaste a conseguir terminar el proceso para convertirte en animago, así que creo, y seguro que nuestros lectores también, que sí. Entonces, ¿cuál sería esa primera parte en la que cualquier valiente que se quiera atrever necesitará disciplina y suerte?

Mantener una hoja de mandrágora en la boca durante un mes. Si te la tragas, si la expulsas por cualquier otro motivo, tienes que comenzar de nuevo y déjame decirte que no es fácil que se quede ahí. Y luego, cuando la sacas, la metes en un vial de cristal bajo la luz de la luna, si no hay, si está nublado, hay que empezar de nuevo. En el frasquito también tienen que ir un cabello propio, la crisálida de una polilla de esfinge de la calavera y algo que también requiere de preparación, una cucharita de rocío que no haya sido tocada por pies humanos ni el sol durante siete días.

Suena como una parte complicada, ¿cómo lo llevó?

Durante ese mes solo me alimenté de líquidos por miedo a tragármela por error y creo que nunca he mirado tanto el parte meteorológico. Es difícil esto en Reino Unido y más de una vez me replanteé irme a España, que el tiempo suele ser más despejado, pero una vez que vi que justo el día que acababa no estaría nublado seguí comprobando a diario los avances y tuve la suerte de que se mantuvo así. Para el rocío reservé una parte de mi jardín, mucho más sencillo.

Consejo para quien intente convertirse en animago, entonces: Un jardín propio es útil.

Y un boticario cerca que tenga o pueda pedir una polilla esfinge de la calavera. O en mi caso un amigo elaborador de pociones.

¿Y cuál sería la parte que requiere paciencia?

Después de guardar el vial con lo añadido en un lugar oscuro donde no lo tocaremos, yo lo hice en un tambor de revelado fotográfico, hay que esperar una tormenta y mientras, al amanecer y al atardecer, se debe poner la varita sobre el corazón y pronunciar el hechizo Amato Animo Animato Animagus. Si se hace bien, escucharemos un segundo latido. Y ya solo esperar la tormenta, lo que en mi caso fueron varios meses. Cuando aparezcan relámpagos, quien esté intentando convertirse en animago, tiene que irse a un sitio despejado y seguro, un último conjuro con la varita en el corazón, beber la poción y... bueno, no hay manera de ponerlo mejor que esto, pero prepararse para que duela, mucho. En los libros leí sobre no dejarse llevar por el miedo, que eso permitiría a la criatura tomar control de nosotros, pero poco sobre lo mucho que iba a doler. Escucharemos con fuerza el segundo latido y la imagen de nuestro animal aparecerá dentro de nuestra cabeza. La primera vez es incómodo, es aterrador, pero no hay que oponer resistencia, todo va a pasar y nos sentiremos muy cómodos en nuestra forma de animago. Para volver a ser humano, solo tenemos que visualizarnos, aunque no siempre sale a la primera.

¿Puede decirnos qué vio usted, Shere?

Un Golden Retriever en medio de la tormenta.

Y le importaría, entre usted y yo, ¿mostrarme la transformación? Debo decir que nunca vi un animago haciéndolo y siento curiosidad.

¡Por supuesto!

¡Guau!