Alan
Rickman

Mucho más allá de un personaje, Alan Rickman ha representado algo que, teniendo en cuenta a quien representó en la gran pantalla, no ha logrado cualquiera. Es conocido por el gran papel que ha hecho en más de una película y serie, pero su importancia en el mundo que los fans de Harry Potter hemos construido va mucho más allá.

Alan Rickman como persona

La definición que muchos le dan a Alan Rickman es un gigante en su oficio. No solo esto, porque era mucho más que su trabajo, y la gente que más lo conocía lo aseguraba. Siempre lo recordarán como la amabilidad personificada, algo que demostró en todo momento, especialmente en el set de Harry Potter. Hay anécdotas que a los que fueron sus compañeros les gusta recordar, como Oliver Phelps (George Weasley), que contó lo bien que lo pasó y conectó con él por algo tan sencillo como enseñarle a Alan Rickman a utilizar un iPod. Chris Columbus (Director de las dos primeras películas), supo que era una persona buena y cálida solo con verlo sonreír. Evanna Lynch (Luna Lovegood), contaba que al principio todos lo temían, pero que su visión cambió mucho cuando lo veían llevar a grupos de niños pequeños para que vivieran la experiencia. Sí, fue sorprendente ver a Severus Snape, con su aspecto oscuro, sonriendo felizmente y siendo rodeados de niños emocionados por lo que estaban viviendo.

La vida de Alan Rickman

Nacido en Londres un 21 de febrero de 1946, era el segundo hijo de una familia de clase trabajadora, por lo que aprendió, desde pequeño, el valor del esfuerzo. Alan Rickman de jovenY lo hizo tanto, que consiguió una beca para estudiar en la Latymer School, un lugar en donde comenzó su carrera participando en producciones musicales. Un héroe para él fue su padre, pintor y decorador, que le inspiró a ser diseñador gráfico, decidiendo estudiar en la Chelsea College of Art. Mientras llevaba a cabo este proyecto personal, realizaba algunos proyectos más actuando como intérprete en la compañía The Brook Green Players, en donde conoció a la que en el futuro se convertiría en su novia, Rima Horton. Fue una época muy feliz para Alan Rickman.

Sus años pasaron viviéndolos con fuerza, y a los veintiséis se decidió a solicitar una beca para la Real Academia de Arte Dramático de Londres, en la cual acabó, para sorpresa de algunos pero no en el caso de otros, siendo el vicepresidente desde el año 2003 hasta el final. Tuvo varios trabajos en series y películas, siendo su debut en una obra de teatro de Romeo y Julieta como una miniserie en la BBC. La vida que llevó en este mundo tuvo algunos altibajos, como a cualquier persona le puede llegar a suceder con su trabajo, pero Alan Rickman no se rindió y siguió coleccionando logros, como entrar en la Royal Shakespeare Company en 1978. Es cierto que se fue durante siete años, pero luego regresó de nuevo dispuesto a continuar con la carrera que tanto le gustaba.

Durante el resto de sus años, continuó haciendo lo mismo que hasta ese momento: crecer en el ámbito profesional y casarse con su novia de toda la vida, con la que duró el resto de lo que le quedaba de esta.

Alan Rickman como personaje

No era un secreto para nadie que Alan Rickman tenía un don para la interpretación. Frente a las cámaras, no era nadie más que aquel personaje en el que se había enfrascado, y adoptaba esa personalidad que, previamente, se ocupó en estudiar y comprender más en profundidad por auténtica profesionalidad, y pasión. De esto, Alan Rickman tenía mucho.

Él iba más allá de lo que cualquier otra persona llegaba a ir respecto a la interpretación de su personaje. No le bastaba conocer la personalidad y las manías que tenía para encarnarlo, y eso se demostró con Severus Snape.

Alan Rickman y Severus Snape

Siempre supo que había algo más. No era suficiente para Alan Rickman saber que Severus Snape era alguien frío, condescendiente, burlón en muchas ocasiones y su actitud respecto a los alumnos distaba mucho de lo que debía ser un profesor. Y por eso, él se interesó precisamente por lo que lo había convertido en aquel tipo de persona.

Alan Rickman era una persona comprensiva, y eso no solo lo dicen sus conocidos sino también su forma de trabajar. Que un personaje fuera lo que muchos Severus Snapecatalogarían como malo, solo lo motivó para intentar entender el motivo de ello. ¿Qué había detrás de aquella coraza tan fría? ¿Por qué odiaba tanto al protagonista, y por qué era tan desagradable con cierto grupo de estudiantes, especialmente los de Gryffindor? ¿Por qué parecía no importarle que le odiaran? Y, especialmente, ¿por qué el director se lo permitía todo, independientemente de las quejas que hubiera de él?

Todo esto, y el hecho de que era una persona en la que se pudiera confiar de verdad, fue lo que le llevó a ser el único, además de la autora, que conocía al verdadero Severus Snape. Porque él sentía que lo necesitaría, para poder mostrar la verdadera esencia de Severus Snape. Y era una persona tan honesta, que el secreto que permanecería años escondido, hasta el final, le fue revelado. Él lo protegió, demostrando que era la persona perfecta para dicho personaje.

Por voluntad propia, Alan Rickman se convirtió en ese villano con alma de héroe que trata de esconderla a toda costa.

Su personaje, hoy en día sigue generando mucho debate entre los fans, pero si hay algo de lo que nadie tiene duda, es de que Alan Rickman se ha ganado el lugar en el corazón de todos por muchos motivos, y nunca se irá de allí.

Personaje con una varita mágica